El inminente estreno de la película Luna nueva, segunda entrega de la saga Crepúsculo que tanto gustó a muchos de vosotros y que se nos presenta con tan sugerente título, me parece un buen motivo para tratar aquí el tema de la luna. Inspiradora y mágica, no puedo sustraerme a la tentación de hacer un comentario sobre ella y su relación con la música, aún a riesgo de caer en el mas grande de los tópicos.
Luna y música, luna y pintura, luna y poesía...viajes a la luna.... en fin, maridaje secular el de la luna y el arte.
Caspar David Friedrich, el mas célebre pintor del Romanticismo alemán -que hemos elegido para ilustrarnos-, convirtió su presencia, su halo y su misterio en protagonista de muchas de sus obras, y además lo hizo de manera inigualable. Aprovecho la ocasión para animaros a todos, lectores asiduos y accidentales, a visitar la exposición que, sobre sus extraordinarios dibujos, nos ofrece hasta enero la Fundación Juan March.
Obras musicales de toda época y estilo le han sido dedicadas a la luna. Hoy os propongo escuchar las dos composiciones clásicas mas conocidas. Ambas pianísticas e impregnadas de romanticismo, pese a corresponder a estilos diferentes; ambas tituladas Claro de luna; ambas exquisitas, magistrales, maravillosas y necesarias. La primera corresponde al primer movimiento de la sonata para piano nº 14 de Ludwig van Beethoven, al que ya todos conocéis; la segunda forma parte de la Suite bergamasque del compositor francés Claude Debussy, creador e impulsor del Impresionismo musical. Según tengo entendido ésta última es la que aparece tanto en la película Crepúsculo como en la novela. Ya me lo confirmaréis.
Pues bien, aquí están. La calidad de la imagen no es buena pero las interpretaciones son magistrales.
No os dejarán indiferentes, os lo aseguro.
Maravillosas las dos. La exposición de Friedrich no me la voy a perder: voy a acompañar a Pilar a una salida a finales de trimestre en la que vamos a mezclar la pintura y la poesía. ¡Faltaba la música, y Beethoven viene que ni pintado!
ResponderEliminar¡Ay Carlota, qué alegría verte por aquí! Ya sabes que me encantan las iniciativas interdisciplinares, si puedo me acerco y os veo. Muchas gracias por tu apoyo. Espero no defraudarte.Muchos besos.
ResponderEliminarMagnificas las dos. Nadie ni nada se escapa de la influencia de la luna.
ResponderEliminarSabía que te iban a gustar, Bego. Besos.
ResponderEliminar¡Qué poder tiene la música para transportarnos a otro momento de nuestra vida en un instante!¡Cómo me recuerda esta pieza a ti, Lola! ¡Qué tiempos! Y qué actividades tan interesantes hacéis mezclando varias artes. ¡Lástima vivir tan lejos! Un beso gordo
ResponderEliminar¡Mi Piqui!Me alegro de haberte traído tan buenos recuerdos, ¡Qué bien lo pasábamos con nuestros pianos y nuestros "Lopezgimenos" ¿Te acuerdas de Brescia?. Millones de besos.
ResponderEliminar"La luna viene con nosotros, grande, redonda, pura"
ResponderEliminarQuerida Lola, te encontré! Te encontré en la playa en julio y en el ciberespacio en noviembre! Espero verte en la cena de diciembre, no faltes. Qué precioso tu blog. El soplo nos lo ha dado Carlota, no se le escapa una. Los cañadienses te seguimos.
"Platero, no sé si con su miedo o con el mío, trota, entra el arroyo, pisa la luna y la hace pedazos. Es como si un enjambre de claras rosas de cristal se enredara...." (J.R.J.)
¡Hojas de Limón! ¡Qué alegría verte por aquí tambien! Tu comentario sí que es precioso; muchísimas gracias por tu visita y por traernos a Juan Ramón. Nos vemos cenando, no pienso faltar. Un beso muy fuerte.
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