lunes, 7 de marzo de 2022

CÉCILE CHAMINADE

                                                              

Foto Wikipedia
Escuchaba ayer con atención y agrado el estupendo programa radiofónico La música  que habitamos  que  Miriam Bastos  dedicaba a las compositoras del siglo XIX (Mujeres y creación musical en el siglo XIX) y del que me llamó especialmente la atención la parte dedicada a  Cécile Chaminade. 
Chaminade, famosísima compositora y  pianista francesa que nació en 1857 y murió en 1944, fue una niña prodigio que se dedicó por completo a la música alcanzando un extraordinario éxito tanto en Europa como en América. Respetada y admirada por el público  durante su vida, su excelente y muy extensa obra cayó en el más absoluto olvido tras su muerte. Sin embargo se  conoce mucho sobre su actividad y también  sobre cuánto  tuvo que soportar en lo que a crítica especializada y opiniones se refiere.
Nos cuenta Miriam Bastos cómo a principios del siglo XIX se desarrolló  una teoría que consideraba  al carácter  femenino como  emocional, subjetivo y pasivo frente al objetivo, lógico y activo carácter masculino; esta teoría tendría su aplicación a nivel musical: las mujeres deberían componer formas menores de carácter sensible e intimista dejando a los varones las grandes formas y la música de mayor complejidad y fuerza. 
Afortunadamente esto no impidió a las creadoras desarrollar su capacidad y potencial artístico pero se constituyó en un enorme escollo para ellas, una enorme dificultad añadida a la ya difícil situación que enfrentaban aquellas que intentaban conciliar su vida, su educación y su papel en la sociedad con la práctica de la música. Aún siendo apoyadas en muchos casos  por sus familias, hubieron de sufrir las críticas de los "expertos opinadores y comentaristas musicales". Y es que el mundo de la crítica musical, territorio  masculino por demás, no se lo puso nada fácil a ninguna de ellas, como ya podréis suponer.

Chaminade inició brillantemente su carrera como concertista de piano y compositora cultivando grandes y pequeñas formas tanto vocales como instrumentales, actividad esta que supo conducir con inteligencia cuando se vio en la necesidad de "vivir solo de la música" tras la muerte de su padre; fue entonces cuando  orientó su producción a un ámbito  más "comercial" centrado en el piano y las canciones  que le posibilitó la subsistencia y le granjeó una fama extraordinaria. Experta y meticulosa supo hacer la música que le exigían las circunstancias mientras componía obras de enorme complejidad y rigor. 
Algunos  críticos le reprocharon, en según qué ocasiones, tanto un exceso de "feminidad" como un exceso de "masculinidad"; muy coherentes ellos. 

Nos aproximaremos a su música con  la que se considera, sin duda, su obra más conocida: el famosísimo Concertino para flauta. Atentos a la presentación que hace el director Benjamin Zander, al que ya os presenté en esta Clase magistral.


Como ejemplo de su obra pianística, uno de sus Seis estudios de concierto (el  Op. 35 nº2)  de gran virtuosismo y belleza, al más puro estilo del romanticismo, titulado Otoño (Automne).

 

Tras la Primera Guerra Mundial, durante la que se dedicó a dirigir un hospital para heridos de guerra, publicó, entre otras, esta impresionante pieza titulada Au pays debasté Op.55 (creo que no necesita traducción).  Nos la ofrece el profesor Miguel Sancho Sancho que la publica con motivo del 8M y a quien espero que no le moleste el atrevimiento de compartirla en este espacio. Desde aquí le doy las gracias y le felicito por tan preciosista y exquisita interpretación.

   

Dedicamos esta entrada a todas las mujeres que lucharon por ser ellas mismas frente a la hostilidad y los obstáculos que imponía el patriarcado y, especialmente,  a todas las que hoy lloran la pérdida de sus hijos en las guerras  o  luchan por sacarlos adelante solas. 
  
La música que habitamos  (Enlace a la página del programa de RTVE)

Para saber más:

Cécile Chaminade. Un viaje musical a la Francia de la Belle Époque. Pelayo Jardón. (Mundoclasico.com)