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viernes, 12 de septiembre de 2025

La Sonata a Kreutzer



Tocaron la Sonata a Kreutzer, de Beethoven —continuó contando—. ¿Conoce usted el primer presto? ¿Lo conoce? —exclamó—. ¡Uh! Uuu… ¡Qué cosa tan terrible esa sonata, precisamente este presto! ¡Y qué cosa tan terrible la música en general! ¿Qué es? No comprendo. ¿Qué es la música? ¿Qué hace? ¿Por qué hace lo que hace? Se dice que la música influye en el alma para elevarla...
(León Tolstói. La sonata a Kreutzer. 1889)

Nunca  podría haberse  imaginado  Beethoven que aquella sonata que dedicase  al violinista  Rodolphe Kreutzer tendría tanto recorrido después en tan diversos ámbitos artísticos.

Recordemos brevemente su historia.

La sonata fue dedicada en primera instancia al violinista y también compositor polaco George Bridgetower, famoso por su virtuosismo, a quien Beethoven había conocido en 1802*.  La estrenaron juntos en un alarde de destreza en 1803 pero, aunque eran amigos, como puede deducirse de la dedicatoria original, el destino acabó enfrentándolos y al publicarla en 1805 Beethoven se la dedicó a Kreutzer, otro violinista del momento a quien no conocía personalmente y que nunca llegó a interpretarla.

Sonata mulatta composta per il mulatto Bridgetower
gran pazzo e compositore mulattico.


(Sonata 'mulattica' compuesta para el mulato Bridgetower, gran loco y compositor mulato)

Sin embargo lo más interesante no es el asunto de la dedicatoria sino el contenido de la obra**, su sentido musical, su ímpetu rítmico, su melodía, su exigencia técnica....todo aquello que la hace única y diferente, llena de contrastes y de belleza; piano y violín en igualdad de condiciones y con idéntico protagonismo: un hito. 

¿Pero tanto como para despertar irrefrenables pasiones? Según León Tolstói parece que sí.

Sobre el efecto que la música produce en el ánimo y la conducta de las personas se ha hablado largamente desde la antigüedad, sin embargo parece que fuera este un tema inagotable; a finales del siglo XIX  Tolstói va un paso más allá analizando su influjo en los que comparten la ejecución de la música y en los que contemplan dicha interpretación.

En su novela titulada precisamente Sonata a Kreutzer (1889) a la que pertenece el fragmento de arriba, nos conduce por los recovecos de la mente del hombre celoso (Podsnichev), un protagonista que pretende justificar con  peregrinos argumentos el asesinato de su esposa supuestamente infiel victimizándose a sí mismo y atribuyendo la causa de la infidelidad a la música, a esta sonata en concreto y al efecto que su ejecución provoca, según él, en los que la interpretan. 

La sonata, al parecer diabólica para nuestro personaje,  es capaz de alterar los sentimientos y la conducta de los intérpretes, especialmente los de la mujer, a la que nos presenta débil, caprichosa y carente de voluntad propia...

Por ejemplo esta misma Sonata a Kreutzer, el primer presto de esa Sonata a Kreutzer [...] gracias a la aproximación que se establece al tocar juntos; gracias a la influencia que la música, sobre todo el violín, produce sobre los temperamentos sugestionables, aquel hombre, digo, no sólo debía agradarla, sino infaliblemente y sin dificultad ninguna vencerla, arrollarla, retorcerla, y hacer de ella lo que quisiese.

Matrimonio, amor, sexo, castidad, celos o violencia son temas   frente a los que el autor dejó clara su postura en el postfacio  (puede leerse la obra de Tolstói en el siguiente enlace: La sonata a Kreutzer) Aunque la novela fue censurada ello no impidió su enorme difusión y su popularidad; más de diez películas se han rodado sobre ella. 

El pintor René Xavier Prinet,  profesor en la Academia de Bellas Artes de París y creador, por cierto,  del primer taller destinado a artistas mujeres, plasmó ese supuesto momento de seducción en un estilo elegante, oscuro e intimista, propio de la tendencia pictórica que se desarrollaba en Francia paralelamente al impresionismo. [

Sonata Kreutzer. Prinet (1901)

Pero aquí no estamos para entrar en cuestiones que, afortunadamente, tenemos ya muy superadas  sino para disfrutar de la apasionada música del genial Ludwig. 

A continuación la  Sonata para violín y piano  n° 9 en La mayor, Op.47, también llamada  Sonata a KreutzerEscúchela el lector y juzgue por sí mismo. 


*Es importante recordar que en 1802 Beethoven escribe su famoso Testamento de Heiligenstadt en el que pone de manifiesto su infinita frustración, su dolor y su afán  de superación. 
Un espíritu atormentado que será capaz de expresar a través  de un lenguaje musical audaz  unas emociones, un empuje y un apasionamiento  que sentarán las bases del Romanticismo.

**En la película Amada inmortal (Bernard Rose, 1994)  la sonata es utilizada para presentarnos al violinista Bridgetower y, lo que es más importante, para describir la agitación , la pasión, el desasosiego y el abatimiento del propio protagonista que  narra un encuentro frustrado con su amada. La secuencia  Puede verse aquí.

sábado, 2 de diciembre de 2023

VUELVE LA REINA DE SABA

Puerto con el embarque de la Reina de Saba . Claudio de Lorena. 1648
 

Con esta maravilla del famoso paisajista francés Claudio de Lorena abrimos este añadido a la entrada anterior. En ella, el pintor muestra una visión diferente y muy particular del tema: el inicio del viaje de la reina. Vemos cómo renuncia al momento del encuentro entre ella y Salomón en favor de otro mucho más anecdótico que le permite recrearse en un cautivador y exquisito tratamiento de la luz y del entorno; su especialidad.
Aunque aquí los personajes parecen perder toda importancia frente al lírico amanecer, nosotros volvemos sobre la protagonista de la historia y sobre el tema musical de Haendel con estas otras versiones y adaptaciones que he encontrado y que quería compartir también.  
Feliz Barroco.




  Entrada relacionada: Llegada de la reina de Saba





lunes, 6 de febrero de 2023

ARIADNA EN NAXOS

 

Ariadna abandonada por Teseo. Angelica Kauffmann

¡Teseo, mi amor! ¿Dónde estás? 

Me pareció que estabas a mi lado,

pero un agradable y falaz sueño me engañó![...] 

Mísera y abandonada

no tengo quien me consuele,

el que tanto amé ha huído...

¡Canalla e infiel!

(Texto anónimo de Ariadna en Naxos. Hob.XXIb N.2)

Tal y como habíamos prometido continuamos en Naxos en el preciso instante en el que Ariadna despierta y descubre la huida de Teseo. Hoy nos aproximamos al tema de la mano de dos enormes  artistas del siglo XVIII: la pintora y grabadora Angelica Kauffmann y el compositor Franz Joseph Haydn. Ambos quisieron plasmar ese episodio dramático en un momento en el que el Neoclasicismo pictórico y el  Clasicismo musical imperaban en Europa. 

Autorretrato  A. Kauffmann 1784

Kauffmann, que alcanzó gran fama durante su vida,  se aventuró a salir del ámbito del bodegón y del retrato en el que solían moverse las pintoras de su tiempo para frecuentar también los temas históricos y mitológicos tan propios del estilo neoclásico; a Ariadna le dedicó más de una obra tal y como pude comprobarse pinchando aquí y aquí.

Tampoco Haydn permaneció indiferente ante las posibilidades de nuestro personaje. Del compositor, cuya obra instrumental ha eclipsado en gran medida su música vocal, conviene saber que dedicó gran parte de su tiempo a la ópera, especialmente durante los años que pasó al servicio de príncipe Esterhazy, cultivando tanto el drama giocosso como la ópera seria y convirtiendo Esterhaza - el palacio del príncipe - en un centro operístico de primer orden.
Además de las óperas,  la música eclesiástica y de sus famosos oratorios, no faltan en su producción obras vocales de menor envergadura como las canciones o como las cantatas. 
Y una cantata es precisamente esta de Ariadna en Naxos que compuso en  1789 y que hoy nos ocupa. 

F.J. Haydn por Thomas Hardy 1791

 Arianna a Naxos  consta de dos arias precedidas de sendos recitativos y fue escrita en dos versiones diferentes: para voz  y orquesta y para voz  y piano. 

Recitativo: "Teseo mio ben!"
Aria: "Dove sei, mio bel tresoro?"
Recitativo: "Ma, a chi parlo?"
Aria: "Ah, che morir vorrei"

En ella el compositor aprovecha las posibilidades expresivas del personaje y de su situación mostrándonos los diferentes estados de ánimo por los que transita su espíritu: la triste inquietud inicial, la declaración de su amor,  la desesperación posterior y la cólera final. 
El texto, anónimo,  puede leerse en el enlace: Texto completo
Escuchémosla en ambas versiones: en primer lugar Rosanne van Sandwijk y  el Concertgebouw de Ámsterdam.

  

A continuación la versión para voz y piano con Janet Baker como solista vocal acompañada por  el pianista John Constable.

 

Y hasta aquí estas dos  Ariadnas del siglo XVIII. 

Como puede suponerse  no son todas las que fueron ni las que serían; incluso en el siglo XX el mito volvió a ocupar la escena en la famosa y peculiar  Ariadne auf Naxos de Richard Strauss, "una ópera dentro de una ópera" estrenada en 1916;  pero esa ya es otra historia.


Ariadne in Naxos. Joseph Edward Southall (1925)


viernes, 2 de diciembre de 2022

"LASCIATE MI MORIRE": EL LAMENTO DE ARIADNA

Ariadna abandonada, Casa de Meleagro (Pompeya)

Mirando desde la rumorosa playa de Día, Ariadna, con una incontenible locura en su corazón, observa que Teseo se aleja con su rápida flota, y ni siquiera todavía cree estar viendo lo que ve, porque entonces, nada más despertar de un engañoso sueño, la desdichada se comprende abandonada en la arena solitaria. [...] "¿Así a mí, arrancada de los altares paternos, me abandonaste, traidor, en la playa desierta, Teseo?"
Cayo Valerio Catulo. Poema LXIV. (Poemas)

En un peñasco me senté quedando tan piedra como piedra era mi asiento [...] ¿Qué podían hacer mis ojos mejor que llorarme? ¿Qué haré? ¿dónde sola partir puedo? No hay vestigios de gente y de ganado; todo es horror, asombro, espanto y miedo.

Ovidio. Heroida X. (Las Heroydas)



Así se quedó la pobre Ariadna, sola y abandonada por Teseo en la playa cuando volvían de Creta después de vencer al Minotauro. Según la mayoría de las fuentes, Teseo abandonó a Ariadna en la isla de Naxos mientras dormía; allí la encontraría Dionisos, con el que después se casó. En el fresco pompeyano de arriba podéis verla  llorar desconsoladamente  mientras la nave de su amado se aleja en el mar.

Este conocido episodio mítico ha generado mucha literatura y mucha música, especialmente la parte de la historia en la que nuestra heroína es abandonada, y digo heroína porque sin su inteligente participación en el famoso laberinto, el listillo de Teseo probablemente no hubiese vuelto jamás de su encuentro con el monstruo.

Claudio Monteverdi por Bernardo Strozzi, c. 1630
Hoy vamos a aproximarnos de nuevo a la obra de Claudio Monteverdi para escuchar su célebre  Lamento de Ariadna. Este lamento es el único fragmento musical que se conserva de su segunda ópera, titulada Ariadna (L'Arianna, 1608) y cuyo argumento ya podréis suponer. Afortunadamente, y debido a su éxito,  el autor  decidió publicarlo por separado  con posterioridad en diferentes formas: en versión monódica, en forma de  madrigal a cinco voces y como música sacra - con diferente texto - en  El Pianto della Madonna.

Vamos a escucharlo en su forma monódica y en su forma madrigalística y descubriremos de nuevo un clarísimo ejemplo de cómo el lenguaje musical de Monteverdi persigue - y consigue -  reflejar el texto en una obra conmovedora.
En el momento en el que nos encontramos de transición entre el Renacimiento y el Barroco se estudia y se establece una nueva relación entre música y poesía que influye directamente en el lenguaje musical; los músicos tendrán como objetivo "mover los afectos", conmover al oyente o espectador. A esta Teoría de los afectos que involucró a filósofos, teóricos y músicos y   cuyo más remoto antecedente encontramos en la Grecia Clásica, dedicaremos un capítulo aparte más adelante.

A continuación, la PARTITURA  y el breve texto del madrigal que escuchamos en primer lugar en la interpretación del coro sueco  Svanholm singers  dirigido por Sofia Söderberg.

Lasciatemi morire;                                        Dejadme morir,
e che volete voi che mi conforte                ¿Qué puede confortarme
in così dura sorte,                                          Ante esta dura suerte,
in così gran martire?                                   En este gran martirio? 
Lasciatemi morire.                                        Dejadme morir.




En la monodía el texto es más largo y descriptivo y en él Ariadna se explica, clama e interpela a Teseo (puede leerse completo aquí , en el blog de Jesús Romero Valiente). Veámosla en esta bonita versión del Ensemble La Palatine con la soprano Marie Théoleyre como Ariadna.

 

Pero no fue Monteverdi el único compositor que dedicase a este personaje su atención; como bien sabemos, los temas mitológicos no abandonarían la historia de la música ni de las artes  en lo sucesivo. Ahora nos despedimos con la extraordinaria   pintura de Angélica Kauffmann  que nos conducirá directamente al siglo XVIII y a nuestra próxima obra.

Ariadna abandonada por Teseo, obra de Angelica Kauffmann, antes de 1782.


Para saber más: 






Entradas relacionadas: 

lunes, 10 de enero de 2022

SIRENAS

 

Ulises (Odiseo) atado al mástil escuchando a las Sirenas.
Cerámica ática de figuras rojas. (Museo Británico)

"… Detén tu nave y ven a escuchar nuestras voces. Después de deleitarse con ellas, quienes las escucharon se van alegres conociendo muchas cosas que ignoraban, … sabemos cuanto sucede sobre la tierra fecunda".
Homero. La Odisea. Canto XII

Continuamos seducidos por el canto de las Sirenas.
Aunque sabemos que la diosa siria Atargatis era mitad mujer, mitad pez, no parece constar en los escritos que se dedicase a atraer con fines perversos a los marinos intrépidos; sin embargo, como se aprecia en la imagen, aquellas de las que nos habla Homero y a las que Ulises quiso resistirse atándose al mástil de su nave para poder escucharlas sin sucumbir a su fatal canto, eran seres alados con cuerpo de ave y cabeza de mujer. No será hasta la Edad Media cuando encontremos la habitual representación de mujer con cola de pez.
A lo largo de la historia pintores y escultores las representaron en frescos, lienzos, esculturas y relieves  en diversas actitudes y con objetos varios: instrumentos musicales, espejos, peines...

La sirena. J.W. Waterhouse(1900)
Ya en el siglo XX son famosas las de J.William Waterhouse, pintor británico    vinculado al prerrafaelismo y al simbolismo, que las retrató de ambas formas (véanse la imagen superior y  esta otra).  Incluso aquellos revolucionarios movimientos de ruptura que buscaron y desarrollaron nuevos lenguajes, y que   llamamos vanguardias artísticas, se acordaron de ellas mostrándonos, en ocasiones, una inesperada e inquietante visión. Tal es el caso del pintor surrealista  René Magritte, cuya extraordinaria obra puede disfrutarse aún en la exposición "La máquina de Magritte" en el Museo Thyssen de Madrid. 

La invención colectiva. René Magritte (1934)

Lógicamente la música tampoco se sustrajo a la fascinación de estos seres fantásticos y fatales. Vamos a ver algunos ejemplos de ello. 
En primer lugar la preciosa canción anónima del siglo XVII titulada Tres sirenas,  con texto en tres lenguas (napolitano, griego y castellano) interpretada por el conjunto L'Arpeggiata.  Dejamos la traducción del texto (el original,  AQUÍ )

 

Aquello que te dice el mar,
debes guardarlo en la memoria,
así algún día volverás a este puerto
Las olas del mar,
se suceden una a una,
como mis propias penas
Cuan grande es el mar y las arenas,
tan grandes son mis ansias y mis penas,
que no basta mi dicha a defenderlas

De Joseph Haydn esta deliciosa Canción de la sirena (The Mermaid's Song, Hob. XXVIa:25) de 1794 sobre un poema de la también compositora y escritora inglesa Anne Hunter que puede leerse traducido a continuación:


Ahora juegan los rayos del sol danzantes
Sobre el mar verde y vidrioso,
Ven y te guiaré por el camino
Donde están los tesoros nacarados.
Ven conmigo y nos iremos
Donde crecen las rocas de coral.
Sígueme, sígueme, sígueme.
Ven, mira los tesoros que yacen
Muy por debajo de las olas ondulantes
Riquezas, escondidas del ojo humano,
Brillan tenuemente en las cuevas del océano.
Las mareas menguantes no soportan demora,
Los vientos tormentosos están lejos.


El Romanticismo, tan proclive a lo fantástico y misterioso, nos dejó más de un ejemplo de obras relacionadas con  las sirenas; prueba de ello son algunos valses y polkas - tan de moda en los salones -  como estos que enlazamos de   Johann Strauss, Joseph Strauss o Emile Waldteufel.
Pero es un Romance de 1847 compuesto para coro femenino  por  Robert Schumann  el que vamos a destacar, tanto por su originalidad como por constituirse en un claro antecedente de la obra a la que nos referiremos después. El Romance de Schumann se titula Meerfey, Op.69 y forma parte de la colección 12 Romanzen für Frauenchor (Doce romances para coro femenino) editados por Clara Wiek, la compositora y pianista esposa del autor.
El texto de la canción  habla de barcos que navegan en la noche y de la sirena Meerfey que observa el mar desde un arrecife mientras canta y peina su cabello. Al llegar la mañana, ya no hay arrecife ni sirena y el barco y su patrón se han hundido. Puede leerse aquí.


Llegamos a Claude Debussy que, entre  1897 y 1899  compuso tres famosos Nocturnos para orquesta:  Nuages, Fêtes y Sirènes (Nubes, Fiestas y Sirenas). Sobre Sirènes el propio autor escribió:

"representa el mar y su inextinguible movimiento y entonces, entre las olas plateadas por la luz de la luna, se escucha el misterioso canto de las sirenas que ríen y pasan". 

Sirènes está compuesta en un solo movimiento para coro femenino y orquesta y en ella Debussy hace un uso instrumental de las voces fundiéndolas con la masa orquestal en un extraordinario ejercicio de destreza compositiva y sugiriendo además, una atmósfera inestable de movimiento constante, como el del mar.  Escuchemos ese fantástico canto.


Debussy se inspiró en una serie de paisajes marinos  titulados Nocturnos del pintor impresionista James Abbott McNeill Whistler; estos  sedujeron al compositor tanto o más que el famoso canto de las sirenas.

Nocturno en azul y plata: La laguna, Venecia (1880)

Terminamos este recorrido con  La petite sirène, una serie de tres canciones  que el  compositor Arthur Honegger (Grupo de Los Seis) escribió en 1927 para voz y piano y cuyos títulos son: Chanson des sirènes, Berceuse de la sirène y Chanson de la poire. 

   

Solo nos queda desear un muy feliz Año Nuevo a todos los que por aquí se asoman.

Para saber más:

La Odisea. Homero

Nocturnos: Claude Debussy. La Phil. Gustavo Dudamel

Las Sirenas: génesis y evolución de su iconografía medieval. Rodríguez López, María Isabel. UCMRevista de Arqueología 1998

Las SirenasRodríguez Peinado, Laura. UCM. Dpto. Historia del Arte I (Medieval)

Sirenas griegas, los pájaros de la muerteMas, Laura. Historia. National Geographic


lunes, 5 de noviembre de 2018

ERLKÖNIG

Ilustración de Ernst Kutzer

"En los artistas que tuvieron una existencia muy breve, se encuentran, a veces,  esas riquezas terribles - casi excesivas para los débiles hombros del ser humano - que ya pertenecen al mañana."
(Alejo Carpentier.  Shubert: leyenda y realidad, 1953)

Esta lúcida sentencia de Carpentier  adquiere todo su sentido cuando entramos en el universo liederístico de Franz Schubert: un mundo vasto, multicolor, sutil y novedoso en el que, entre otras maravillas, el compositor abre la puerta a un nuevo concepto del acompañamiento pianístico.
Un claro y famoso ejemplo de ello es este trágico e intenso lied titulado Erlkönig que hoy vamos a escuchar y que es perfecto para recibir a Noviembre, con sus Santos y sus Difuntos.

En 1815  Schubert (1797 - 1828) puso música al poema de Goethe de 1782 titulado Der Erlkönig (El rey de los Alisos, que también se ha traducido, al parecer erróneamente, como El rey de los Elfos). Este poema formaba parte de un libreto operístico (Die Fischerin) y describe la enloquecida carrera a caballo de un padre con su hijo en la noche fría y ventosa a través de un siniestro bosque.

 



Leamos el texto:



¿Quién cabalga a través de la noche y el viento? 
es un padre con su hijo; 
tiene al pequeño en sus brazos, 
lo lleva seguro, le da calor.
- Hijo mío ¿por qué escondes tu rostro asustado?
- ¿No ves, padre, al Rey Elfo?
¿el Rey de los Elfos con corona y manto?
- Hijo mío es el rastro de la neblina.

- ¡Dulce niño ven conmigo!
Jugaré maravillosos juegos contigo;
Muchas encantadoras flores están en la orilla,
mi madre tiene muchas prendas doradas.

- Padre mío, padre mío ¿no oyes
lo que el Rey de los Elfos me promete?
- Calma, mantén la calma hijo mío;
el viento mueve las hojas secas. 

- ¿No vienes conmigo buen niño?
mis hijas te atenderán bien;
mis hijas hacen su danza nocturna
y ellas te arrullarán y bailarán para que duermas.

- Padre mío, padre mío ¿no ves acaso ahí,
a las hijas del Rey de los Elfos en ese lugar oscuro?
- Hijo mío, hijo mío, claro que lo veo:
son los árboles de sauce grises.

- Te amo; me encanta tu hermosa figura;
y si no haces caso usaré la fuerza.
- ¡Padre mío, padre mío, ahora me toca!
¡el Rey de los Elfos me ha herido!


El padre tiembla y cabalga más aprisa,
lleva al niño que gime en sus brazos,
llega a la casa exhausto;
en sus brazos el niño está muerto.


Aunque se trata de un lied (por lo tanto una obra breve) , en él intervienen cuatro personajes: el padre, el hijo, el Rey de los Elfos y el narrador, que inicia y termina la canción. Habitualmente una sola voz (masculina o femenina) canta todo el texto, pero, en ocasiones, también se interpreta con cuatro cantantes diferentes, uno por cada personaje.
Si la sencilla línea melódica en las voces facilita la comprensión del texto intensificando el dramatismo de las palabras y logrando un maravilloso equilibrio entre música y poesía, el acompañamiento pianístico aporta un contexto angustioso y siniestro representado por el que podemos considerar el quinto personaje de este lied: el caballo.
Como en Margarita en la rueca,  Schubert utiliza un ritmo ostinato en el acompañamiento, transmitiendo con él la sensación de continuo movimiento. Emula el galope del caballo en el constante martilleo de los tresillos (de notas repetidas)  en la mano derecha, pero  también la lluvia y el viento en los motivos melódicos ascendentes y descendentes de la mano izquierda; así, crea toda una atmósfera que contribuye a una mayor fuerza y  expresividad de las palabras. La tensión va en aumento hasta terminar en una rotunda y dramática cadencia perfecta que da fin a la obra y que deja  al oyente absolutamente sobrecogido.
El equilibrio entre música y poesía es perfecto.


Vamos a escucharla ahora en diferentes versiones.

- La primera, interpretada por un tenor (Daniel Norman) que canta el texto íntegro dando voz a los diferentes personajes - que es lo más habitual y difícil. por cierto - y que está ilustrada por una preciosa animación.
- La segunda, interpretada por cuatro cantantes diferentes que dan voz a cada uno de los cuatro personajes
- La tercera incluye la partitura para poder observar detalladamente todo lo dicho.



 Aquí, interpretada por los cuatro personajes:


Aquí con partitura y texto:


Este lied de Schubert fue orquestado por Héctor Berlioz en 1860. Puede escucharse pinchando el enlace.


“Todo depende del poema; si es bueno, la inspiración viene enseguida. Las melodías afluyen que da gusto. Si es malo no hay nada que hacer" (Franz Schubert)


Enlaces de interés
      El rey de los Elfos, en el blog de  María Quintanilla

     Versión metal del texto de Goethe por el grupo Leichenwetter 


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