Tumba de Ricardo I de Inglaterra en la abadía de Fontevraud cerca de Chinon, en Anjou, Francia.
Pincha aquí para verla con detalle y conocer su procedencia
Aunque comencemos visitando la tumba del rey Ricardo I no vamos a hablar de troveros ni de trovadores sino de descansos, eternos descansos, porque hoy es el día de los fieles difuntos y lo que toca es recogimiento, reflexión... y un poco de repaso, que siempre viene bien.
El Requiem (del latín, requiescere, descansar) es un ruego por el alma de los difuntos que se reza y se canta desde antiguo. Durante muchos siglos, los textos del réquiem fueron cantados en canto gregoriano; se interpretaba en las misas de difuntos, tanto al inicio de la misma (Introito) como después de la primera Lectura (Gradual).
Escuchemos atentamente este Gradual en el que encontraremos todas las características del canto gregoriano y cuyo texto reza:
Requiem aeternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis.
In memoria aeterna erit iustus: ab auditione mala non timebit.
Habréis observado cómo el canto, de tipo responsorial, es iniciado por el solista que canta Requiem y cómo se le une el coro (un asterisco señala su entrada). Después el solista canta el versículo uniéndosele de nuevo el coro en las últimas palabras. Habréis notado también que en determinadas sílabas la melodía se adorna con numerosos sonidos (melismas).
Recordemos:
- Las partes variables de la Misa son aquellas que cambian dependiendo de la festividad u ocasión determinada y son el Introito, el Gradual, el Aleluya, el Tracto, el Ofertorio y la Comunión. Estas partes reciben el nombre de Propio de la Misa.
- Las partes invariables, aquellas que se mantienen iguales en todas las misas de año, conforman el llamado Ordinario de la Misa y son el Kyrie, el Gloria, el Credo, el Sanctus el Benedictus y el Agnus Dei.
Nota:
la palabra Gradual también da nombre al libro que recoge todo el corpus del canto gregoriano utilizado en la Misa y que recibe el nombre de Gradual Romano.
Y ahora, descansemos del trabajo, que aún nos queda un día de fiesta.
LolaMu:
ResponderEliminarComo para no descansar en paz, en paz y satisfecho. Vamos, que te tienes que aguantar las ganas de ponerte a bien con Dios y los ángeles buenos y echarte una cabezadita eterna. Pero de momento me aguantaré las ganas y continuaré en este valle de lágrimas y sufrimientos. Quizá hay que tener mucho más sueño del que uno tiene ahora.
Un beso
Pues sí, Enrique; que el Señor nos deje sufrir un poquito más, jejeje. Ya dormiremos, ya. Pero es verdad que el Gregoriano, en general, invita al descanso. Muchos besos.
EliminarLolaMu
ResponderEliminarDesde infante, los cantos Gregorianos, al no saber latín, me provocaban sensaciones serpentinas ascendentes. No sé explicarlo bien, pero jamás tuve la más mínima sensación contraria, es decir, precipitarme al vacío. Es más, al terminar el canto, lo que me preocupaba era bajar de las altura.
Ya no soy infante, mas sigo teniendo esa sensación. Cuando veo la traducción me desencanto. Prefiero el significado de los sonidos.
Abrazos espirituales.
Yo creo que es maravilloso escuchar la música sin indagar en ella, dejándose envolver y traspasar por los sonidos. En el caso del Gregoriano te diría que las melodías están por encima de los textos en todos los sentidos, jejeje. Una abrazo, amigo Sergio.
EliminarNice requiem, greeting from Belgium
ResponderEliminarRetriever: thank you very much for the comment and welcome to "Ab música y más". I hope to visit again soon.
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