El compositor estadounidense Aaron Copland - del que os hablé al comienzo de esta andadura bloguera - escribió al final de su libro "Cómo escuchar la música":
La música solo puede estar viva realmente si hay auditores que estén realmente vivos. Escuchar atentamente, escuchar conscientemente, escuchar con toda nuestra inteligencia es lo menos que podemos hacer en apoyo de un arte que es una de las glorias de la humanidad.
Como ya sabemos, Copland, además de componer, desarrolló una intensa actividad docente y de difusión de la música intentando explicar lo que ésta significa, cómo influye en el oyente y cómo debemos escucharla.
Algo parecido hace nuestro personaje de hoy; el director de la Orquesta Filarmónica de Boston, Benjamin Zander (arriba), que nos da una lección extraordinaria, particular y entusiasta sobre música clásica, sobre la pasión y el entusiasmo. Os invito a su clase: sentaos y preparaos para disfrutar.
Y AHORA DECIDME: ¿OS GUSTA LA MÚSICA CLÁSICA?
LolaMU:
ResponderEliminarLa respuesta a tu pregunta, evidentemente es sí, ¿qué pensarían mis vecinos si no? Pero después de oír/leer a este señor, te apetece más escuchar música. Es como cuando uno va a un museo, al Prado, y ve las grandes obras de los grandes maestros, que te dan unas ganas terribles de llegar a casa, coger el pincel y pintar. Lo malo es que el resultado no es el mismo. Pero oír música, afortunadamente no provoca esa posible frustración.
Besos
¿Verdad que contagia su entusiasmo, Enrique? Creo que demuestra que no hay nada mejor para convencer a otros que el propio convencimiento y que el amor y la pasión por algo se pueden contagiar. Tienes razón cuando dices que oir música no provoca esa posible frustración; lo que produce es un indescriptible bienestar, entre otras cosas.
ResponderEliminarUn beso, melómano.
Sííííííí!!!!! ¡Mon Dieu, tiene un entusiasmo arrollador! Me ha encantado eso que dice acerca de que su trabajo como director consiste en buscar las posibilidades de otras personas. Y es verdad que para disfrutar de la música clásica solo necesitamos los oídos. Aunque a veces hay mucho "ruido" -real y metafórico- a nuestro alrededor que no nos deja pararnos a escuchar. Un beso, querida compañera, este rinconcito es un remanso de paz.
ResponderEliminarLa verdad, Carlota, es que cuando vi el vídeo pensé en muchos de nosotros, luchando a brazo partido para transmitir y contagiar a los alumnos algo de nuestra pasión, para convencerlos de lo bonito y lo necesario que es lo que intentamos enseñarles... pero lo cierto es que resulta muy dificil mantener el entusiasmo y la energía suficientes hora tras hora, día tras día, un año y otro y otro....hasta los 67!! (Está claro que las circunstancias de Zander no son las nuestras, je, je y que percibes en mis palabras cierto atisbo de envidia ¿verdad?)
ResponderEliminarEn fin; seguiremos esforzándonos en trasmitir y en escuchar.
Muchos besos para ti , mi Carlota, y muchas gracias por no dejar de venir a "este rinconcito".
(Ah, y perdón por la filípica, quizás inoportuna, ejem)
Me ha parecido hermoso. A mi ya me gustaba de antes la música clásica, ya que es lo que suelo tocar con la guitarra, pero al oir hablar a este hombre he sentido que mis oidos volvían a nacer y me he dado cuenta de que no me había parado ha pensar en la infinidad de cosas que te puede llegar mostrar la música clásica si te paras a escucharla.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sara G. 2ºA
¡Ay, Sara! ¡Qué ilusión me hace tu comentario! Ya se que te gusta muchísimo la música y me alegra que descubras las inifinitas posibilidades que tiene; tantas como las que tienes tú, que además de prometedora guitarrista eres una estupenda cantante. No dejes de escuchar, no dejes de cultivarte y... no dejes de visitarme aquí (aunque nos veamos en "el insti" todos los días, je, je).
ResponderEliminarUn beso.