"Si las notas conocéis, pronto bien ya cantaréis" decía Fräulein María a los niños Von Trapp en Sonrisas y lágrimas (The sound of music, 1965), aquella película que muchos recordaréis.
La mayoría de nosotros conocemos el nombre de las notas musicales, sin embargo muy pocos sabemos el porqué de ese nombre, de dónde salió o quién se lo puso.
¿Porqué se llaman do, re mi fa... y no, por ejemplo, le, ti, fu, po...? ¿Porqué parecen sílabas esos nombres? ¿Tienen algún significado real o, como cantaba Julie Andrews, solo imaginario?
Aunque el tema de la notación, su historia y su evolución, es un tema arduo, largo y complejo, vamos a intentar hoy dar respuesta a esas preguntas de una manera sencilla.
¿Porqué se llaman do, re mi fa... y no, por ejemplo, le, ti, fu, po...? ¿Porqué parecen sílabas esos nombres? ¿Tienen algún significado real o, como cantaba Julie Andrews, solo imaginario?
Aunque el tema de la notación, su historia y su evolución, es un tema arduo, largo y complejo, vamos a intentar hoy dar respuesta a esas preguntas de una manera sencilla.
Al principio - en la Alta Edad Media - las notas no tenían forma definida y mucho menos nombre propio; en el siglo X los cantos eran memorizados por los cantores (recordad que estamos hablando del canto gregoriano); para ello se servían de algunas marcas escritas (pneumas) sobre el texto de la canción que básicamente indicaban, de forma orientativa, si la melodía subía o bajaba.
En el siglo XI el monje benedictino Guido d'Arezzo (abajo) se dió cuenta de que en un conocido himno - el himno a San Juan - cada una de las seis frases comenzaba con una de las seis notas más utilizadas, en orden regular y ascendente (es decir, como en una escala): la primera comenzaba sobre el sonido que hoy llamamos do, la segunda con el que llamamos re y así hasta la sexta frase. Para memorizar esos sonidos Guido propuso adjudicarles el nombre de la sílaba inicial correspondiente.
Así, las sílabas iniciales de estas seis frases se convirtieron en los nombres de las notas: ut, re, mi, fa, sol, la.
En el siglo XVI se fijó la altura de la nota Si incorporándola a la escala (¿de dónde creéis que sacaron su nombre?) y el el siglo XVII se sustituyó el nombre Ut por el de Do para facilitar el solfeo.
El texto del himno famoso - con cuya imagen abrimos esta entrada - dice así:
(De postre os dejo la famosa lección de Fraülein María. ¡Disfrutadla!)
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TROMPE L'OEIL, TROMPE L'OREILLE
En el siglo XI el monje benedictino Guido d'Arezzo (abajo) se dió cuenta de que en un conocido himno - el himno a San Juan - cada una de las seis frases comenzaba con una de las seis notas más utilizadas, en orden regular y ascendente (es decir, como en una escala): la primera comenzaba sobre el sonido que hoy llamamos do, la segunda con el que llamamos re y así hasta la sexta frase. Para memorizar esos sonidos Guido propuso adjudicarles el nombre de la sílaba inicial correspondiente.
Así, las sílabas iniciales de estas seis frases se convirtieron en los nombres de las notas: ut, re, mi, fa, sol, la.
En el siglo XVI se fijó la altura de la nota Si incorporándola a la escala (¿de dónde creéis que sacaron su nombre?) y el el siglo XVII se sustituyó el nombre Ut por el de Do para facilitar el solfeo.
El texto del himno famoso - con cuya imagen abrimos esta entrada - dice así:
Ut queant laxis
resonare fibris mira gestorum
famuli tuorum,
solve polluti
labii reatum,
Sancte Ioannes
Nuestro genial monje también ideó el tetragrama (conjunto de cuatro líneas) en las que se comenzaron a escribir las notas cuadradas. Observadlo también el la imagen superior.resonare fibris mira gestorum
famuli tuorum,
solve polluti
labii reatum,
Sancte Ioannes
(Puede traducirse como: Para que tus siervos puedan cantar libremente las maravillas de tus actos, elimina toda mancha de culpa de sus sucios labios, San Juan).
Todo esto se entenderá mejor prestando atención al vídeo; a ver si sois capaces de apreciar cómo cada frase empieza en una nota diferente y coincidente con las de la escala.
(De postre os dejo la famosa lección de Fraülein María. ¡Disfrutadla!)
IRÉ A SANTIAGO
TROMPE L'OEIL, TROMPE L'OREILLE
Interesantísimo. Ni se me había ocurrido preguntármelo, la verdad. El himno es una maravilla que me deja sin palabras. Fraülein María no tanto (siempre me ha puesto un poco de los nervios, no sabría decir por qué...) Gracias, Lola. Un abrazo desde el Sur.
ResponderEliminarLolaMu:
ResponderEliminar¡Que bonito! Primero el gregoriano, que siempre es una gozada y que casi consigue hacerte sentir como si estuvieras a las puertas del cielo, y después Mary Poppins, como dije mi hija, haciéndonos recordar como nos llevaban al cine a ver Sonrisas y Lágrimas siempre que la reponían en cualquier cine.
Besos
La cosa es que la institutriz no deja indiferente Biblos: o encanta.... o espanta ¿verdad? Yo me alineo con los "encantados", ¡qué le voy a hacer!
ResponderEliminarGracias a ti y un abrazo desde el corredor del... ¡Henares!
Enrique: tienes razón; el gregoriano envuelve en una atmósfera celestial, pero las Mary Poppins nos sacan de este mundo sórdido y nos conducen a otro...¡tan bonito!...(Yo no me canso de ver a ninguna de las dos)
Un beso.
¡Qué curioso! Desde luego, el tal Guido era bastante "espabilao", y el himno, como dice Biblos, una maravilla. En cuanto a la polémica Fraülien María-Mary Popins, la familia me resulta un poco "cursi", aunque veo ambas películas con bastante gusto (como a los niños, me gusta predecir :)...Besos, compañera.
ResponderEliminarJe, je, Carlota ¿solo un poco? el empalago de la novicia-niñera y la familia es grandioso, pero algunos somos tan golosos.... La otra, la auténtica Mary Poppins (y su "familia") me resulta mucho menos almibarada y bastante más divertida. Un beso.
ResponderEliminarComo siempre querida LolaMu,me parece muy interesante la explicación que nos das del nacimiento de las notas musicales;pues yo pensaba que había sido el matemático Pitágoras el inventor...En el siglo VI se funda la Orden de los Benedictinos (a la que pertenece G.D'Arezzo)en Italia por S.B. de Nursia...Y ahora me quedo disfrutando de la magnífica lección de Fraü. Mª.Besos, besos.
ResponderEliminarQuerida M.J.Rizos; cómo me gustan tus visitas y aportaciones. Ciertamente, Pitágoras jugó un papel decisivo en lo que a teoría de la música y lenguaje musical se refiere: escalas, relaciones numéricas, sonidos.... Guido d'Arezzo les dió el nombre (que no es cosa baladí)
ResponderEliminarUn beso.
Siempre es bueno recordar el origen de la moderna notación musical. Gracias, querida Lola.
ResponderEliminarUn bico en Sol.
Intento sacar el máximo provecho a esto de las nuevas tecnologías, José Manuel; a los alumnos les encantan por eso, utilizo el blog para explicar e ilustrar con todos los ejemplos a mi alcance, cosas que en una clase tradicional de tiza, pizarra y CDs no resultan en absoluto atractivas. Esas pizarras digitales maravillosas que permitirían hacer esto en vivo y en directo en el aula, no han llegado todavía a todas partes. En fin, poco a poco...
ResponderEliminarBiquiños.
Una entrada muy interesante sobre las notas, por la que felicito a Lola MU y a este blog siempre muy sugerente y atractivo.
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias J.Julio; celebro que te resulte interesante, ya sabes cuánto valoro tus visitas y tus comentarios.
ResponderEliminarUn saludo afectuoso.
Lola soy Ana Martín de 3B he visto el video de el nombre de las notas y me ha gustado;pero me ha parecido mas interesante el texto como te va diciendo poco a poco como se inventaron las notas musicales,por cierto! ya he echo el resumen también. Un saludo
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