Sonata 2
Por los árboles quemados después de la tormenta.
Por las lodosas aguas del delta.
Por lo que hay de persistente en cada día.
Por el alba de las oraciones.
Por lo que tienen ciertas hojas
en sus venas color de agua
profunda y en sombra.
Por el recuerdo de esa breve felicidad
ya olvidada
y que fuera alimento de tantos años sin nombre.
Por tu voz de ronca madreperla.
Por tus noches por las que pasa la vida
en un galope de sangre y sueño
Por lo que eres ahora para mí.
Por lo que serás en el desorden de la muerte.
Por eso te guardo a mi lado
como la sombra de una ilusoria esperanza.
"Los trabajos perdidos" (1965)
Soñemos sin temores que la duermevela nos hará sensibles.
ResponderEliminarMemoria siempre viva, caliente la de Alvaro Mutis.
Abrazos "de ronca madreperla"
Siempre viva, sí. Soñemos... y recordemos. Abrazos, querido Sergio.
EliminarSoñemos, sí. Aunque luego no recordemos lo que hemos soñado, como me pasa a mí. Gracias por esta sonata, Lola. Siempre tan atenta a todo. Este blog es cultura. Abrazos.
ResponderEliminarMuchas gracias Inma; no sabes cuánto aprecio y agradezco tus comentarios. La sonata me parece absolutamente conmovedora y bella; sobre los sueños....qué te voy a decir; a veces nos salvan la vida ¿no crees?
EliminarAbrazos también para ti.