En los cuentos tradicionales infantiles, la figura del duende suele asociarse a pequeños seres bonachones, que acostumbran a ayudar en secreto a los humanos, recompensando las buenas acciones y castigando a las personas egoístas y deshonestas. (Wikipedia)
Despedimos el otoñal mes de Noviembre con el Vals del duende, del argentino Alejandro Dolina en la exquisita interpretación del guitarrista Osvaldo Burucuá.
Y ahora nos sacudimos el sabor melancólico que nos ha dejado la guitarra, para Ska-Parnos con estos reivindicativos madrileños y su Vals del obrero. ¡Magia potagia! del duende al obrero en un santiamén.
Pues eso: a falta de duendes ...resistencia.
No conocía ese vals del duende,y me ha parecido una preciosidad: vamos, que hasta me parece que me va a aparecer uno debajo de la hoja de alguna maceta y todo, de lo evocador que resulta. La canción de Ska-P tiene ya algunos años, pero sigue estando más vigente que nunca, aunque no sé quién se empeñó hace tiempo en decir eso de que las clases sociales han desaparecido. Ya hablaba Manrique de "los que viven de sus manos e los ricos". Curiosa la mezcla de ritmos de la canción. Recuerdo que hace algunos años era un grupo que gustaba mucho a los alumnos. Ahora no sé siquiera si los conocen. Un abrazo, compañera, y eso, resistencia, que no queda otra!!
ResponderEliminarNo los conocen, Carlota. A mí, sin embargo, me parece que hace solo dos días que un ex-alumno me pasó uno de sus discos..¡cómo se pasa la vida! (que también decía nuestro Manrique, je, je) Los cambios de ritmo se los he escuchado en más de una canción. No se; creo que venían al pelo tanto por el tema como por la volubilidad; mi ánimo - como en de muchos, supongo - no deja de subir y bajar...
EliminarResistiremos ¿verdad?
Un abrazo muuuy grande.
LolaMU:
ResponderEliminarQué contraste, con el primero me he quedado flotando por casa, soñando con las montañas de Heidi, y con el segundo me he visto de golpe con un casco blanco,, un mono, una paleta y embadurnado de cemento, pero muy eufórico y contento. Pero no hay que dejar de hacerles caso y más ahora.
Besos
Je, je, Enrique. Paisajes idílicos...duendecillos...¡qué pena que no existan! y, aunque existieran...aquí no iban a tener que hacerle el trabajo al zapatero ni al obrero...mejor que se abstengan de quitar el trabajo a nadie ¿no? para eso ya hay otros personajes...Creo que voy a escuchar de nuevo el valsecito para animarme un poco.
EliminarUn beso.
La belleza del Vals me obliga a querer que regrese noviembre. La melodía nos toca esta gana de ser lo que debíamos.
ResponderEliminarAbrazos con duende.
Es que Noviembre tiene bonito hasta el nombre ¿verdad, Sergio?
EliminarMe recuerda mucho a Jarabe de Palo. Sonidos un poco revoltosos. La protesta y la pachanga no se excluyen.
ResponderEliminarAbrazos varios
Muy revoltosos diría yo, je, je; pretender dar jarabe de palo a más de uno. La protesta ha de ser contundente y clara, pero mejor con música.
EliminarUn abrazo también para ti.