Yo las amo, yo las oigo
cual oigo el rumor del viento...
(Rosalía de Castro: Las campanas)
Fueron las campanas de la desaparecida iglesia de Santa Genoveva del Monte de París, destruida en tiempos de la Revolución, las que inspiraron a Marin Marais (1656 - 1728) la obra titulada Le sonnerie de Sainte Geneviève du mont (Las campanas de Santa Genoveva del monte).
Escrita en Re menor en el año 1723, forma parte de La gamme et autres morceaux de symphonie pour le violon, la viole et le clavecín (Escalas y otras piezas para violón, viola y clavecín) y se caracteriza por un bajo ostinato de tres notas - Fa, Mi , Re,- que se mantiene de principio a fin y sobre el que la viola de gamba irá desarrollando una virtuosística melodía. (Marais dedicó su vida y su obra a la viola da gamba , instrumento del que nos ocuparemos en otra ocasión).
Recordemos que en Música se llama ostinato (obstinado) a la repetición continuada e insistente de un motivo melódico o rítmico mas o menos largo. El motivo de la "obstinación" puede ser todo un tema (como ocurre en el Bolero de Ravel), una frase (como en el Canon de Pachelbel) o sencillamente tres notas (como en el caso que nos ocupa). El ostinato fue muy utilizado en el Barroco, especialmente como bajo continuo sobre el que iba desarrollándose la línea melódica.
Precisamente con la Sonnerie de Sainte Geneviève du mont se inicia la preciosa y premiada película Tous les matins du monde (Todas las mañanas del mundo), dirigida por Alain Corneau en 1991, en la que Gerard Depardieu encarna al compositor francés y que incluyo también .
Os dejo pues con su obstinada monotonía y su fascinación.
Incluyo también la versión de Kurt Redel dirigida por el Maestro Sergio Berlioz, que ha tenido a bien honrarnos con su visita.
(Aquí enlazo información sobre el pintor Watteau y su obra)
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Bajo ostinato... Una entrada interesantísima y completísima. Impecablemente interdisciplinar. Me ha recordado un concierto de campanas al que asistí hace unos cuantos años. Fue un recorrido inolvidable por las calles del centro de Madrid. Para mí, el sonido de las campanas (como el canto del gallo al amanecer) es algo muy íntimamente ligado a la infancia. Un abrazo.
ResponderEliminarMe encanta poder ponerle nombre a las cosas (desconocía el término "ostinato"), así que ahora sé por qué me gustan tanto estas melodías con ese fondo repetitivo e hipnótico. Esta "Sonnerie" es maravillosa, Lola, y con Watteau de fondo ya es el colmo del deleite. ¡Voto por que en lugar de CCP veamos la película!
ResponderEliminarEsta es la prueba de que la monotonía no tiene por qué ser aburrida, sino que -a veces- puede ser fascinante. Me ha encantado la música. No conocía a Marin Marais (lástima que no haya podido visualizar el videoclip de la película, para verlo encarnado en ese "noble bruto" (lo digo con el mayor respeto) que me parece Depardieu. Las pinturas de Watteau preciosas y delicadas, muy apropiadas para esta exquisita melodía.
ResponderEliminarEn suma, una entrada excelente, Lola, propia de ti.
Gracias y un fuerte abrazo.
P.D.: Por cierto, felicidades por el nuevo diseño que has aplicado a este blog. Me gusta.
LolaMU:
ResponderEliminarLástima que sólo se pueda ver el primer vídeo, aunque si que recuerda la obsesión del maestro por la perfección. Será porque debo ser muy primitivo, pero todo lo que es repetitivo me gusta mucho, te va metiendo poco a poco y al final parece que te hipnotiza. Debe ser el poder de la música, el mismo que utilizaban los generales para mandar a sus soldados a la batalla.
Una infancia sin campanas (y sin gallos) me parece absolutamente incompleta Biblos. Afortunadamente siguen sonando en muchos lugares; me parecen sonidos de la vida más sencilla y más auténtica, esa que gusta recuperar de vez en cuando.
ResponderEliminarUn abrazo también para ti.
Una idea brillantísima, Carlota ¡qué CCP ni CCP, oiga! ¡A ver a Depardieu con su peluca!¡ja, ja!
ResponderEliminarEs verdad que te atrapa y te hipnotiza; siempre me pareció una de esas pequeñas obras únicas e inolvidables que te "enganchan" a la primera.
Un beso.
Francisco; he sustituído el vídeo por otro, no quisiera que te lo perdieras; es más; te recomiendo la película encarecidamnente, estoy segura de que te gustará. Gracias a ti.
ResponderEliminarUn abrazo.
Quizás tenga que ver con el primitivismo, Enrique, pero lo cierto es que a los más "sofisticados" también les gusta, además, no creo que tu seas precisamente un troglodita, je, je.
ResponderEliminarBesos.
Me encanta profe :D , ( Por cierto ya vuelvo a publicar que no me acordaba de mi contraseña xD )
ResponderEliminar¡Zenos! A mi lo que me encanta es que te encante a ti. Voy a leerte ahora mismo =D
ResponderEliminar(Ya era hora ¿eh? ¡vaya cabeza!)
Rosalía y sus campanas de Bastabales, la permanente obstinación sonora con que despertaba añoranzas en el sensible corazón de la gran poetisa... Buen preámbulo para esa fascinante monotonía del obstinado de Marin Marais, que me recuerda la música de Jean-Philippe Rameau.
ResponderEliminarUna delicia, amiga Lola. Bicos.
Dos artes: poesía y música; dos puntos de vista ante un mismo hecho y en momentos diferentes; dos interpretaciones....cuánta belleza y cuánta sensibilidad José Manuel. Tu lo has dicho; una delicia.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras y por tu presencia.
Tenemos que hablar de Rameau.
Un bico.
Otro famoso "ostinato" es aquél del primer movimiento de la séptima sinfonía de Dimitri Shostakovich, vilipendiado y exaltado, despreciado y halagado, para muchos el son de las tropas nazis hostilizando la heroica ciudad, para otros, el martillo implacable del socialismo despedazando a la gente....
ResponderEliminarYa le llegará su momento a esa sinfonía en mi blog, amiga Lola.
Muy bonito y oportuno tu comentario Tony; es impresionante el uso que Shostakovich hace del ostinato y cómo sabe aprovechar su capacidad expresiva. Espero ver pronto esa entrada.
ResponderEliminarTe agradezco mucho la visita que, como sabes, aprecio un montón.
Abrazos desde el norte.
Ahora puedo atar cabos. Le doy las gracias por aclarar mis dudas sobre qué iglesia y sus campanas eran las que Marin Marais había utilizado para inspirarse en su maravillosa obra. Le invito a ver en Tou Tube una interpretación que hago a partir de la orquestación con istrumentos de la orquesta de cuerda actuales por Kurt Redel. Gracias nuevamente.
ResponderEliminarMtro. Sergio Berlioz
Sergio: la agradecida soy yo, por la visita y, sobre todo, por el comentario. Acabo de ver el vídeo que, si me permite, añadiré a la entrada.
ResponderEliminarLe reitero las gracias por todo esperando leerle por aquí de nuevo.
Saludos cordiales, Maestro.