miércoles, 20 de julio de 2011

VIVALDI Y BACH: DE LA CUERDA AL TECLADO

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Según el Diccionario de la Real Academia, transcribir significa arreglar   para un instrumento la música escrita para otro u otros. Esta práctica, muy frecuente en tiempos pasados ​​y que en los muchas ocasiones entraña dificultades considerables, nos ha dejado verdaderas maravillas; Hoy os mostraré una de ellas.

Aunque JS Bach no salió de Alemania, sí estudió con extraordinario interés la obra de sus colegas italianos y franceses, especialmente  durante su estancia  como compositor en las cortes de Weimar y Cöthen. (En los ambientes cortesanos había un trasiego constante de partituras que los príncipes, músicos y aficionados a la música, facilitaban al compositor). Así, fue capaz de conjugar los estilos del Barroco europeo logrando una perfecta síntesis entre el refinamiento francés, la fantasía y la melodía italianas y el contrapunto alemán; se familiarizó con las creaciones de Albinoni, Marcello y , cómo no, de Vivaldi, a quien profesó una gran admiración. Prueba de ello fueron las numerosas transcripciones que realizó de sus obras. La audición de hoy es una de ellas: el asombroso Concierto para cuatro claves, cuerda y bajo continuo BWV 1065 , transcripción del Concierto para cuatro violines Op. 3 nº 10 de A. Vivaldi.

Los conciertos en sí estructuran en los tres movimientos contrastantes que ya todos conocemos (allegro, largo, allegro) y en ellos podréis apreciar con claridad algunas de las más importantes características del estilo Barroco: el clave, la enérgica pulsación del bajo contínuo , el  staccato de la cuerda (2º mov.) o  los contrastes que dinamizan la obra y aumentan la expresividad y el color (como son las repeticiones , la alternancia de los solistas y la orquesta o el ritornello (la repetición recurrente de una sección a cargo siempre de la orquesta o tutti ).

Escucharemos en primer lugar el original de Vivaldi (en Si menor) y después la transcripción de Bach (en La menor); Las tonalidades diferentes (Si Menor y La Menor) las apreciaréis si escucháis y comparáis el inicio de  de cada uno; notaréis que el de Bach es un tono mas grave que el de Vivaldi. (Supongo que algunos posibles lectores no tendréis muy claro todavía el concepto de tonalidad y por ello , prometo explicarlo - o al menos intentarlo - en una próxima entrada).

Como  no he  encontrado una versión para cuatro claves os dejo esta maravilla con cuatro pianos y unos intérpretes de lujo. Para no perderse detalle , desde luego.

Si Vivaldi dominaba el violín, Bach dominaba el teclado; aquí van dos ejemplos perfectos de ambos dominios. Espero que os gusten  tanto como a mi.




9 comentarios:

  1. ¡Qué bien explicado, Lola!
    Hasta un estudiante de 1º de Primaria de Educación Musical, como yo, ha sido capaz de apreciar la diferencia de tonalidad. ¡Lo que voy a presumir cuando se lo cuente a mis amigos! (O, mejor, les voy a decir que se pasen por tu blog!
    ¡Y qué maravillosos casi veintidos minutos escuchando a Vivaldi y la transcripción de Bach!
    ¡Ufffsss! ¡Qué bueno!

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  2. Francisco: aunque la audición resultaba larga, merecía la pena incluir los dos conciertos ¿verdad?; a mi me gusta especialmente el de los cuatro "superpianos" con Martha Argerich a la cabeza (una de mis pianistas favoritas) y con esas imágenes tan detalladas y bien grabadas.
    ¡Me alegro de que te haya gustado, ea!
    Un abrazo.

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  3. LolaMU:
    Que buena experiencia esta de que parece que estás oyendo lo mismo , pero diferente, aunque la conclusión es la misma, una gozada. Ves, la diferencia entre los expertos y los neófitos es que no sabemos con cuál quedarnos. Yo tendría que volver a oír las dos versiones y volverlas a oír y volverlas a oír, y ... Bueno, pues me quedo con las dos.
    Un abrazo

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  4. Enrique, yo creo que ninguna es mejor que la otra; el concierto de Vivaldi es una maravilla (por algo lo eligió Bach ¿no?); en este caso, el mérito de Bach es haber pasado al teclado lo que Vivaldi escribió para violín con todo ese virtuosismo y demás así que has decidido con mucha sabiduría, como harían los expertos. (Yo, que no lo soy en absoluto, me inclino por la tecla porque estoy enamorada del piano desde mi mas tierna infancia y se me nota en todo, je, je) De todas formas, lo ideal es oirlas y oirlas y oirlas... mejor por separado, creo.
    Muchos besos.

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  5. Una curiosidad:
    he olvidado contaros que la versión que tengo desde los años ochenta del concierto para cuatro claves (en vinilo de la Deutsche Grammophon) está interpretada por Helmut Schmidt(el ex canciller, con otros tres clavecinistas, claro). Resulta que además de político era un excelente intérprete.

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  6. Interesantísimo esto de las transcripciones. Yo también me quedo con las dos por eso de no querer renunciar a nada, ¿no?. Como dice Francisco Doña, muy bien explicado: me ha quedado clarísimo. ¡Ah! ¡Impresionante lo de los cuatro pianos!

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  7. Bueno Carlota; ¡lo que pasa es que sois unos chicos muy inteligentes y aplicados y lo pilláis todo a la primera! Es genial ver esos cuatro mamotretos, ahí, bien colocaditos, (encajaditos mas bien); no sé... un poco locura fue lo de Bach; supongo que tendrían unos inmensos salones aquellos nobles de entoces(no sé si llegó a interpretarse en público).
    Muchos besos.

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  8. Realizar un trascripción es una tarea dispendiosa, que requiere de técnica y gran conocimiento de ambos instrumentos… es una tarea académica, más que cualquier cosa… por demás en aquella época, era el mayor honor que puede recibir un compositor. Al estudiar un poco a Bach entendemos que mucho de lo él hizo carece de brillos populares, salvo las piezas que tuvieron esa intención, y en cambio es una música profunda y “seria”. Yo si debo inclinarme por Bach… él tomó una melodía casi cantabile, casi popular, eso sí muy bella, y la decoró (quitándole más que poniéndole) transformándola en una obra profunda y contundente. No obstante, “la idea musical” fue del alegre cura... pero el maestro es el maestro. Abrasivo!!!

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  9. Agradezco tu sabio comentario y suscribo totalmente tus palabras, Alejandro. Ciertamente, Bach consigue la sublimación musical de aquello que trata y demuestra, además, un gusto y una maestría exquisitos a la hora de transcribir obras de otros autores, tanto en el trabajo que realiza como en la selección que hace. No por parecer un tópico lo que decimos, deja de ser cierto, creo.
    Un saludo y bienvenido!

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