miércoles, 13 de febrero de 2013

LA VOZ HUMANA


                                                


Francis Poulenc y Jean Cocteau


Pudiera parecer a primera vista que vamos a hablar de comunicación, fonación, tesituras  u otras cuestiones vocales;  eso es lo que probablemente pensarán mis chicos de segundo si se asoman por aquí - cosa que no suelen hacer motu proprio , dicho sea de paso - . Sin embargo, no es así. 
Lo cierto es que,  el trabajo que venimos realizando sobre  ello en las clases, me ha hecho recordar una particular y sorprendente obra:  La voz humana (La voix humaine).  
Curioso título ¿verdad?

La Voz Humana es una tragedia lírica, una ópera, un monólogo en un acto para Soprano, compuesto por  Francis Poulenc (1899-1963) en 1958 sobre un  libreto del  polifacético Jean Cocteau.            




Portada de la partitura original ilustrada por Jean Cocteau


Cuando en la Francia de 1920  Cocteau publica un artículo titulado  Cinco rusos, seis franceses y Erik Satie, pasa a convertirse en mentor  literario de una joven generación de músicos  que serían conocidos como el Grupo de los seis (Les Six).
Efectivamente eso eran: seis compositores apadrinados por Erik Satie  ("su tío chiflado",   como dice Alex Ross) a quien admiraban ,  rebelándose contra el siglo XIX y contra el impresionismo y declarándose, además,  fieles seguidores del Jazz norteamericano y del Music Hall francés.

A este grupo perteneció Poulenc . 

"Basta de nubes, olas, acuarios, ninfas y perfumes nocturnos. Necesitamos una música terrenal, una música cotidiana" (Jean Cocteau)

¿Y qué cosa puede haber más terrenal y cotidiana que una conversación telefónica?

Pues en eso consiste precisamente nuestra obra de hoy. 
Se trata de una ópera con un solo personaje, una mujer que mantiene una conversación telefónica  en la que se despide de su  amor, que la abandona. A lo largo de unos 45 minutos de monólogo, recorremos toda una gama de sentimientos que la voz y la música nos transmiten hasta llegar a un tenso  y dramático final. Ese recorrido  se verá interrumpido una y otra vez cuando la protagonista escucha a su interlocutor al otro lado de la línea.  En él  se van sucediendo  una serie de episodios:
en el primero ella recuerda con cariño pequeños detalles de su relación, después confiesa haberle mentido sobre lo que estaba haciendo mientras esperaba ansiosamente su  llamada,  le habla también de cómo el perrito añora la presencia del amo ausente para terminar refiriéndose a su intención de suicidio. La atmósfera va cambiando conforme cambian los episodios y la voz y el canto van  reflejando los diferentes estados de ánimo que pasan de la ternura  y de la esperanza  a la angustia y la desolación.
Impresionante ¿verdad?

Puede leerse aquí el  LIBRETO traducido; es  breve y clarificador.

Y ahora, vayamos a la música con este fragmento, en la magnífica interpretación de Ángeles Blancas .


Aquí, la escena final con Carole  Farley



  Y, por fin, la versión completa. No se olviden los melómanos de verlo "a toda pantalla" .


Nota:
El texto de Cocteau se ha llevado a las pantallas en más de una ocasión. Rebuscando en youtube he encontrado la película que fue grabada en 1966 por Ted Kotcheff para la televisión y protagonizada por una maravillosa Ingrid Bergman,  Puede verse  por partes . AQUÍ dejo el comienzo.



Fuentes y bibliografía:


Las imágenes proceden de La voz humana.com
Otro enlace muy interesante:
Paloma Socías Casquero: Francis Poulenc: la melodía del siglo XX. Filomúsica

Libros imprescindibles:
Joseph Machlis: Introducción a la música contemporánea
Alex Ross:  El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música.


6 comentarios:

  1. Curiosa ópera de telecomunicación... y desamor. Y por encima de todo la humana voz.
    Vocales saludos, amiga Lola.

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    1. Sí que lo es, José Manuel, además de un ejemplo muy accesible de música del siglo XX. A veces se hace algo difícil escuchar según qué obras ¿no crees?
      En cuanto a lo del desamor...no me dí cuenta de que hoy - catorce ya - era un día especialmente señalado: todo el mundo celebrando el enamoramiento y yo me descuelgo con este dramón...
      ¡Moitos bicos!

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  2. LolaMU:
    Te confieso que hace años, ya unos pocos, me aburría, me espantaba y me repelía todo en lo que un señor o una señora se pusieran a pegar gritos, hacer gorgoritos o pegar alaridos desgarradores. Y así podría seguir, si no me hubiera planteado el por qué de unos señores que se volvían literalmente locos con todo eso que no entraba en mí. Pero sólo tuve que poner un poco de atención. No hay nada igual a la voz, nada te puede estremecer más, ni levantarte el ánimo, ni hacer llegar sensaciones que no están escritas. Qué gran invento esto de la voz, habrá que felicitar al que lo hizo.
    Besos

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    1. Tú lo has dicho Enrique y tienes toda la razón: se trata de poner un poco de atención; en realidad el esfuerzo es mínimo y la recompensa, sin embargo, enorme. Es más bien una cuestión de disposición o actitud...y te cautiva, porque es poderosa sorprendente y mágica. Y aunque nos guste escuchar la voz de otros, deberíamos utilizar más la propia; cada vez se canta menos y eso no es nada bueno.
      Un beso.

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  3. No sé si le di bien a todas las teclas, ni si ha salido el comentario. Decía que es una preciosidad, que desconocía la obra y el autor y que me la reservo para escucharla con mucha atención. Un abrazo, compañera.

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    1. Este sí ha salido. Es muy bonita y original, Carlota; escuchas solo un fragmento y quieres ver más...Pero bueno, con los vídeos cortos nos podemos hacer una idea.
      Nos vemos mañana. Abrazos.

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