viernes, 11 de diciembre de 2009

UN CUENTO FANTÁSTICO


  "Pero al fin llamóle la atención ver que Olimpia permanecía horas enteras en la misma postura.....estaba sentada, como de costumbre, ante la mesita con las manos juntas. Solo los ojos le parecían singularmente fijos y como muertos.......Perdido en la contemplación de la celeste Olimpia, sentíase arrastrado hacia la ventana como por un hechizo........la mano de Olimpia estaba helada y después de tocarla él también se sintió invadido por un frío mortal."

El hombre de la arena (Cuentos fantásticos) Ernst Theodor Amadeus Hoffmann

En este cuento se inspiraron Charles Nuitter y el coreógrafo A. Saint - Léon para escribir el libreto de Coppelia , un ballet estrenado en la ópera de París en 1870 al que puso música el compositor francés Léo Delibes. A este se lo conoce además por otro gran ballet, Silvia, y por su famosa ópera Lakmé (a la que dedicaremos mas atención próximamente).
El argumento, desprovisto aquí del componente siniestro y terrible del cuento original, presenta la historia de Coppelia, la preciosa muñeca autómata obra maestra de su creador, el doctor Coppelius, que enamorará a Franz despertando los consiguientes celos de su novia, Svanilda. Pese a lo inquietante del libreto, Delibes viene a darnos una visión encantadora y amable del mítico tema del creador y su engendro, al que quiere dotar de vida. (Sobre este tema hemos podido leer recientemente en nuestro blog amigo En ocasiones leo libros).
Por otra parte, los famosos cuentos del escritor -además de magistrado, dibujante y compositor- E.T.A. Hoffman, han servido de inspiración a otros artistas en mas de una ocasión, dando título incluso a una ópera, Los cuentos de Hoffman, compuesta por otro gran músico romántico, Jacques Offenbach. Los amantes de la literatura y del género no deberían perdérselos.
Coppelia no ha dejado de representarse desde su estreno; de hecho, tuvimos ocasión de verla en Madrid, no hace mucho, a cargo de la compañía de Víctor Ullate en una moderna y excelente adaptación.
Veamos la entrada de Svanilda y escuchemos la melodía mas famosa de la obra, ejemplo claro de compás ternario y ritmo de vals, que es, por otra parte, absolutamente deliciosa.


Para leer los famosos cuentos de Hoffmann, pinchad AQUÍ

3 comentarios:

  1. la danza es movimiento, la música es movimiento. La unión de ambas es la máxima expresión de la comunicación del ser.

    ¿quien no ha se ha sentido tentado a mover un pie o un brazo o la cabeza al ritmo de ella?

    Es la mejor terapia que conozco

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  2. Por cierto el año pasado, en el 2008 tuve la ocasión de ver al Asami Maki Ballet de Tokio con Lucia Lacarra, (una de nuestras grandes bailarinas junto con Tamara Rojo -os recomiendo de esta uñtima su Pas a deux con Julio Bocca del Quijote-), donde representaron clasicos del jazz de Duke Ellintong (Roland Petit otro de los grandes fue el encargado de la selección y realización de la coregrafía).

    Este es otro gran ejemplo de la unión entre la música y el movimiento, cualquier tipo de música.

    ¿Y que contaros del año anterior? la misma compañia y Pink Floyd.¡¡maravilloso!!

    Ballet para toda la música
    Música para todo el movimiento

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  3. Pues si, Bego, la danza es maravillosa, artística, terapéutica y ¡también divertida!"Muevo la pierna, muevo el pie, muevo la tibia y el peroné...". Gracias por tus aportaciones. Besos.

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